sábado, 10 de junio de 2006

She

El placer del silencio es uno de los más difíciles de alcanzar. Es difícil la conversación inteligente, pero aún lo es más el silencio inteligente. Aquel silencio que permite mirar con fijeza los ojos de la otra persona y descubrir que son de un color distinto al que nos pensábamos; ese silencio que pide a gritos una caricia, una sonrisa. Ese silencio es puro placer. El silencio que permite caer en las redes de su mirada, apreciar los matices de color de su pelo, ver cómo juega con sus dedos...
La conspiración del silencio habla más alto que mil palabras.

No hay comentarios: