domingo, 18 de junio de 2006

Esta mañana

Hace mucho que no escribo. Hace mucho que estoy cansado. Hoy he tenido noticias de gente de la que hacía mucho que no tenía noticias. Sigo sin tener noticias de alguien de quien hace mucho tiempo que no tengo noticias y que, cualquier día de estos, voy a condenar al olvido, pero es algo que se me olvida por mucho que me lo recuerden quienes no se olvidan de mí. Esta mañana he recibido un gran estímulo para mi dañada autoestima (creo que he olvidarme de una vez por todas de quien me ha olvidado para siempre –eso sí, le pediré la pulsera antes y es que nunca se la regalé sino que se la presté–) y me he dejado adular por las críticas positivas de un artículo recientemente publicado en una revista. Esta mañana he estado con un amigo hablando de la amistad, de nosotros. Esta mañana la lluvia me ha hecho sentirme mejor. Esta mañana me había cogido la máquina para hacer alguna foto, pero me ha vencido la pereza, o eso llamado esplín. Esta mañana, tan enemigo que me declaro a las tradiciones, he caído en una de ellas: comprarme algo especial para la comida del domingo, en lugar de las mierdas de judías verdes (parece que no sé cocinar otra cosa). Esta mañana me ha hecho mucha ilusión encontrarme con mi hermana, mi cuñado y mi sobrino por la calle. Me he invitado a comer a su casa la semana que viene. Esta tarde me ha llegado un mensaje de David. Tengo ganas de verle y de ir a su programa de radio (he puesto un vínculo a su blog). Es algo que echo en falta. Esta mañana se me han ido las ganas de ir al curso de Almería. Esta mañana he deseado que lloviera todo el día. Esta mañana he saltado al otro lado del espejo y he sonreído. Gracias.

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