miércoles, 27 de junio de 2007

Algo que tal vez continúe #37

Estoy durmiendo. Sara entra en la habitación. Puedo oír sus pendientes. Redondos. Brillantes. De gracioso sonido. Pasea por la habitación. Se queda pie a los pies de la cama. No veo sus ojos pero sé que me está mirando. Siempre me hicieron gracia sus pendientes. A veces su largo pelo los cubría. Con el pelo corto eran evidentes. Sara sigue paseando por la habitación. Sé que está sonriendo. Se detiene junto a mí. Se agacha. Me susurra al oído. "¿Sabes? Me he quedado dormida viendo la tele". "¿Qué veías?". "Caballos". "Algún día iremos a ver caballos". "Esos caballos eran verdes y azules. Estaban llenos de diamantes. Brillaban". "¿Como tus pendientes?". Se rió. Sigo durmiendo.