martes, 22 de agosto de 2006

Algo que tal vez continúe #8



¿Qué es la distancia? Me da miedo pensar en la respuesta. ¿A qué tipo de distancia te refieres? Hay muchas distancias. Aquel día ella estaba durmiendo junto a mí. Podía escuchar su respiración. Pero yo no me encontraba en la habitación. ¿Era eso distancia? Podía sentir como esas dos personas que estábamos en la cama no éramos ni ella ni yo. Dos extraños en un paraíso en el que no pintábamos nada. ¿No me vas a decir qué es la distancia? Igual que el Antiguo Testamento. Un ser con aires de superioridad, un capullo integral, se indignó con nosotros en cuanto quisimos saber más. ¿Por qué empezamos a preguntarnos sobre nuestro amor? ¿Por qué quisimos saber nuestros nombres? A ese dios, como a todos, no le hizo gracia que en nuestro interior se despertara el deseo de saber. Deberíamos habernos quedado en estado salvaje. Como la primera noche. Borrachos. Inconscientes. Importándonos un pimiento llegar en malas condiciones al trabajo al día siguiente. Deberíamos haber vivido siempre como esa primera noche. Desnudos. Despeinados. Comiendo. Bebiendo. Comiéndonos mutuamente. Bebiéndonos mutuamente. ¿Por qué quisimos entrar en el reino del saber? Sin nombres. Inocentes. Ignorantes. Quedarnos sin aire al hacer el amor. Sentir nuestros cuerpos. Sentir. Sentir. Sentir. Sentir. ¿Por qué queremos saber? Sentir.

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