viernes, 18 de agosto de 2006

Algo que tal vez continúe #6


- ¿Una bebida de pijos? Sí, tal vez.
- ¡Lo admites! –dijo Sara riéndose.
- Aún no me has dicho qué quieres.
- Un licor de melocotón.
Me quedé callado por unos segundos. Mirándola. Estudiando sus gestos. Ella esperaba que yo dijera algo.
- ¡Eres una pija! –dije riéndome.
- No, simplemente sigo tus consejos.
- ¿Seguirías todos mis consejos? –le pregunté.
Sin dudarlo un instante, respondió un enérgico y gracioso no. Realmente no esperaba otra respuesta.
- Pide tú mientras voy al lavabo un momento –me dijo.
Se levantó. Se dirigió hacia el baño. Me di cuenta de que no era el único que la estaba mirando de arriba abajo. Sentí celos. Fantaseé con que ella era mi chica. Fantaseé con que yo era la única persona en el mundo a la que ella amaba. Fantaseé con cómo sería su cuerpo. Me quedé mirando sus caderas. Me hipnotizó su contoneo. Se despertó una vez más mi deseo. Era más bien ancha de hombros. Movía las manos rítmicamente al andar. Se golpeaba graciosamente la cintura con las palmas de las manos, cuyos dedos parecían estar acariciando un teclado, o una guitarra. En esos pocos segundos que duró su tránsito hasta el lavabo los pensamientos fueron infinitos. Se encadenaron los deseos, las ilusiones, las fantasías. Creo recordar que incluso pedí a alguna divinidad, la que fuera, que pasara algo con Sara. ¿Qué quise decir con «algo»? ¿Sexo sucio? Posiblemente. ¿Un crucero por el Mediterráneo? Puede. ¿Un beso con tornillo con sabor a alcohol? Sin duda. ¿Todo y nada? Supongo que sí.

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