viernes, 1 de septiembre de 2006

Algo que tal vez continúe #11

Me picaba la garganta. Me costaba dormir. ¿Había alguien en la casa? ¿Estaban los vecinos celebrando alguna fiesta? Absoluta tranquilidad. Me levanté. Ella estaba junto a mí. No me di cuenta e hice un movimiento brusco. Por unos segundos me olvidé de su existencia. Me senté en mi lado de la cama. Me giré para mirar a Sara. Por unos segundos me imaginé que no estaba allí. Por unos segundos pensé que ella no existía. Segundos de confusión. Dudas. Por unos segundos me molestó su calor. La habitación estaba caliente. Si ella no estuviera allí no haría tanto calor y yo podría respirar mejor. Si ella no estuviera allí habría más oxígeno. Por unos segundos dejé de quererla. ¿Cuánto duraron esos segundos? ¿Por cuánto se prolongaron? Por favor. No se lo digas a nadie. Por favor. Ese momento tuve miedo. De mí. De mis pensamientos. La cabeza me daba martillazos. Me dolía la sonrisa al mirar a Sara. ¿Me prometes que guardarás el secreto? Me levanté de la cama. Con suavidad. Ella abrió los ojos. Me miró. Salí deprisa de la habitación. Huía de su mirada. Cerré la puerta tras de mí. No quise escuchar lo que me iba a decir. Por favor. No se lo cuentes a nadie. Por unos segundos la odié.

No hay comentarios: