lunes, 23 de octubre de 2006

Algo que tal vez continúe #20

Todas las calles me parecían idénticas. Igual de desiertas, igual de horribles. Todas las calles me daban miedo, me inspiraban pánico. Oía ruidos que no conseguía identificar. Estruendo humano tal vez. Estruendo animal tal vez. Las señales de tráfico parecían estar de más. Podía cruzar en rojo, en verde, en intermitente. Nadie en la parada del autobús. Sólo yo solo. El último hombre vivo. Ella arriba, muerta en la habitación. Sigo oyendo ruidos. Las calles se estrechan. Las calles se ensanchan. Los giros que antes me llevaban a la izquierda me conducían luego a la izquierda. Perdido en un laberinto de calles de un barrio marginal. No sé dónde estoy. Me da igual. Busco algún escaparate que destrozar, alguna papelera que quemar, coches para machacar sus lunas. Pero no tengo ganas. Mi deseo choca una vez más con la realidad. Todo a mi alrededor está muerto. Sólo oigo gritos, o tal vez nada. Sólo pienso en que no tengo que pensar. Por aquí ya he pasado antes. Pero algo ha cambiado. Por aquí también. ¿No es todo un mismo sitio? Me detengo. Creo escuchar algo. ¿Unos pasos? ¿Una respiración? ¿Una tos? Una mano en mi hombro. Me doy la vuelta. Un hombre que nunca mira a los ojos de la gente se ríe de mí. Me asusto. Huyo. Tropiezo. Su mano nuevamente sobre mi hombro. Otra vez su rostro, con una mirada que nunca se cruza con la de nadie. Sus ojos nunca miran a la gente. No conozco esa cara. Pero me resulta familiar. Su aliento pestilente me trae recuerdos de pesadillas. Necesito gritar. Cierro los ojos. No soporto esa mirada silenciosa. Cierro los ojos. Los abro. Estoy en casa. Mi habitación. Sara a mi lado. Estoy sudando. Me levanto. Me ducho. No quiero que Sara se despierte. Vuelvo a la habitación. Ella está en la misma postura de antes. Sólo veo sus ojos cerrados. Adivino su pelo, su contorno. Me imagino su respiración. Estoy desnudo. Abro mi armario. No quiero hacer ruido. Cojo ropa de abrigo. Creo que esta noche hace frío. Creo que esta noche va a llover. Miro por la ventana. Veo caer la lluvia. Se ve que hace viento. Se siente el frío. Todas las calles me parecen idénticas. Igual de desiertas, de muertas, igual de horribles. Siento miedo. Siento pánico. Me desnudo. Vuelvo a la cama corriendo. Con la respiración entre cortada me acurruco junto a Sara. Ella se mueve. Su pelo cambia de posición y toca mi cuerpo. Sara. Nunca dejes de mirarme.

No hay comentarios: