domingo, 30 de julio de 2006

Tocar el bajo


Una sensación agradable, con ciertos elementos de masoquismo: me duelen los dedos de tanto tocar el bajo. Me he puesto el DVD de Cream en el Albert Hall en el verano de 2005, he enchufado el bajo y, todavía en pijama, he empezado a tocar sobre él (el DVD, quiero decir). En otro momento, tratar de seguir a Jack Bruce y de estar a su altura hubiera servido para acomplejarme. Hoy me daba igual. No he parado hasta que, a eso de las tres del mediodía, ha sonado el teléfono y he bajado a la tierra.
He apagado el móvil. Da igual, tampoco me llaman.
Necesitaba estar 24 horas seguidas encerrado en casa con mi bajo, mi guitarra, mi música y mis bajos instintos.
Me he encargado el DVD del concierto de los Who en Zaragoza. No lo tendré hasta septiembre. Es decir, cuando me llegue ya se habrán acabado las vacaciones.

Por mucho que me cueste negarlo, hay gente a la que echo en falta. Pero no tengo ganas de hablar más. De momento.

Me voy a poner un DVD.

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