lunes, 29 de mayo de 2006

Sobre cómo cocinar

No esperes al amanecer
Porque ante tus narices verás pasar
Todos los sueños que
De hurtadillas y por la puerta de atrás
La noche puso a tus pies.

Los verás marcharse a los sueños,
Su fuga no la podrás evitar,
Los verás partirse de risa
Mientras cortan el viento
Y rasgan tu piel.

Te sentirás frustado, inútil.
Te sentirás humano.
Te verás sin recuerdo ni emoción.
Te verás humano.

En la caduca facultad del vivir
Se quiebran los inútiles cerebros
En busca de una boba solución.

Te dirán que no sueñes,
Te dirán que borres tu ilusión.
Te dirán que no delires,
Te dirán que te calles,
Te dirán que eres tonto.
No se pararán a escucharte,
Y es que no tienes nada que decir...
Y es que no tienes nada que con ellos compartir.

Te verás humano,
Te sentirás humano.
Desearás acabar con todo.
Desearás caer al lodo.
Desearás poder cerrar los ojos,
Desearás soñar a tu antojo,
Desearás abrir las puertas
A los monstruos que la noche anterior
Poblaron tu mundo de sueños.

Tendrás miedo del amanecer,
De ver partir con bufos gestos
A todo aquello que creíste de tu propiedad.
No, los sueños no volverán.
No, los sueños se marcharán.
Sí, los sueños, cuanto más cerca, más dolerán.
¡Qué duerman los sueños!

Cállalos con el barro de tu tristeza,
Mátalos con el llanto de tu trabajo.
¡Qué no te dominen los sueños!
¡Qué dormite la ficción!
¡No te creas lo de un mundo nuevo!

Simplemente confía en el amor.
Simplemente confía en el amor.

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